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Daniel Teodoro

Artista Multidisciplinario

Habitar para no morir

Tomo 1

 

Sin un modo altamente abstracto de pensar creativamente sobre la materia, no hay tecnología; tampoco puede haber ciencia. Si este poder de abstracción es el común denominador de una sociedad venidera cuya modernidad depende del progreso científico,

entonces su arte más propio también tiene que ser abstracto. Eso es lo que el arte siempre debe recordar. Que nuestra abstracción es tan natural como en la ciencia y pertenece al desarrollo espiritual del ser humano.

En conclusión, la abstracción en la ciencia es

la base principal del pensamiento científico contemporáneo; pensamiento científico pero nunca una separación de la vida. Al contrario, debe profundizar en ella y observar sus leyes y las de la naturaleza. Nuestro espíritu es abstracto.

                                                                                                                                                                               Naum Gabo

 

La obra de Daniel Teodoro busca contrarrestar la dictadura del ojo, alejándonos del narcisismo de lo representativo a través de un diseño a veces agresivo; otras, paciente y minimalista. Es una subversión respecto a las estructuras de orden convencional, acto que obedece más a una necesidad interna que busca fugarse del exceso de realidad mediante un lenguaje vigoroso, repleto de formas cargadas y rocosas. Las imágenes espontáneas, la asociación al azar, el encuentro con lo inesperado: representaciones laberínticas donde surge el enigma, las puertas abiertas al inconsciente. Y desde esa caja oscura, dejar que las preguntas continúen. Lo estático y condescendiente de las galerías tradicionales, las ha convertido en un fantasma desnutrido y perezoso.

¿Por qué limitar las artes visuales, tras un cordón prohibitivo, al simple hecho de “ver”?

El arte surge de las vísceras, y en ellas se encuentran el amor, el odio, la nostalgia, la vida y la muerte y todo lo demás. El resto de los sentidos, ineludiblemente, debe entrar en juego. Es por eso que Teodoro busca expandirse, acercando su arte a la tridimensionalidad de la vida, a través de una amplia gama de matices donde la música, la iluminación y la pintura en vivo, se fundan en una experiencia que trascienda la vista y confiera, a la estática de la pintura, la posibilidad del movimiento.

Tal vez la atmósfera de carácter excepcional, dada por la hibridación de disciplinas, sea lo que nos acerque a vislumbrar aquello que nos es vedado, lo más importante: la insondable poesía que reside en la obra de arte.

 

                                                                                                                                                                       Aristóteles Bonfil

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